miércoles, 19 de enero de 2011

Sócrates se encontraba en la cárcel esperando a ser ejecutado. Un día oyó  a otro prisionero que cantaba una difícil canción del poeta Stesichoros.

Sócrates pidió a su compañero que le enseñara  aquella canción.
-         ¿Para qué?, le pregunto el otro.
-         Para que pueda morir sabiendo una cosa más. Fue la respuesta del filósofo.

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