sábado, 22 de enero de 2011

EL MAESTRO Y SU DISCÍPULO
Cuentan que un maestro estaba con un discípulo sembrando semillas en las afueras de su templo, para embellecerlo con plantas. De pronto vino un gran ventarrón y se llevó casi la mitad de las semillas. El discípulo se molestó, empezó a renegar y a quejarse. Al oírlo, su maestro le dijo: “Hemos hecho lo mejor que podíamos. Eso es lo importante”. Unos días después vino una tormenta y la lluvia inundo el templo y los alrededores. El discípulo estaba furioso. Sentía que todo su trabajo estaba perdido. Pero al maestro le respondió: “Hemos hecho lo mejor que hemos podido”. Semanas después empezaron a brotar muchas plantitas en todos los alrededores del templo. El discípulo saltó de alegría y el maestro le dijo: “Hemos hecho lo mejor que hemos podido y eso es lo importante”.

El mensaje de esta historia, es que uno siempre debe hacer lo mejor que puede y dar lo mejor de sí, al margen de los resultados.

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