lunes, 24 de enero de 2011

EL INSTANTE IGNORADO
Un viejo cuento chino decía así:

Érase una vez un monje que paseaba meditabundo y concentrado en sí mismo. De pronto un alarmante rugido lo sacó de su ensimismamiento. Vio como tras él se encontraba un gigantesco tigre dispuesto a saboreárselo glotonamente. El monje comenzó una frenética carrera y en su desesperación se lanzó por un abismo, quedando enganchado a unas enormes ramas salientes. Cuál no sería su sorpresa al comprobar que en el fondo del barranco jugueteaban tres grandes tigres al tiempo que su perseguidor le rugía desde arriba.

Estando el monje en situación tan extrema, observa frente a él, en la pared rocosa, la más hermosa fresa que jamás contempló, su aroma era embriagador y atrayente. El monje alargó la mano, cogió la fresa y la comió con gusto deleitándole su sabor.

Esto ilustra lo que es vivir el instante presente.

Podremos percibir el placer de las pequeñas cosas, nuestra segura felicidad cotidiana si adquirimos el reflexivo arte de vivir oportunamente el instante presente.

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