sábado, 22 de enero de 2011

EL RABINO
Cuentan que un rabino, luego de dar su discurso inaugural en la sinagoga, estaba ansioso por saber cómo había impactado su mensaje en los asistentes al servicio. Le preguntó a un conocido por su discurso. Éste respondió: “Luego de oír tu discurso, no dormí en toda la noche”. El rabino, con regocijo, le dijo; “¿Me quieres decir que te impactó tanto que no pudiste dormir?”. La persona le respondió: “No, el problema es que cuando duermo de día, ya no puedo dormir de noche”.

Lo que sucedió al rabino ocurre frecuentemente en las empresas cuando los ejecutivos hacen presentaciones de negocios. Normalmente, éstas terminan por ser aburridas.

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