lunes, 24 de enero de 2011

EINSTEIN CHOFER POR UN DÍA
Se cuenta que en los años 20, cuando Albert Einstein empezaba a ser conocido por su teoría de la relatividad, era con frecuencia solicitado por las universidades para dar conferencias. Dado que no le gustaba conducir y sin embargo, el coche le resultaba muy cómodo para sus desplazamientos, contrató los servicios de un chofer.
Después de varios días de viaje, Einstein le comentó al chofer lo aburrido que era repetir lo mismo una y otra vez.
"Si quiere", le dijo el chofer, "le puedo sustituir por una noche. He oído su conferencia tantas veces que la puedo recitar palabra por palabra."

Einstein, le tomó la palabra poniéndose al volante. Llegaron a la sala donde se iba a celebrar la conferencia y como ninguno de los académicos presentes lo conocía, no se descubrió el engaño o al menos eso pareció.
El chofer había oído a repetir tantas veces el discurso científico que dio la conferencia sin mayor problema. No obstante, al final, un profesor en la audiencia le hizo una pregunta. El chofer no tenía ni idea de cual podía ser la respuesta, sin embargo tuvo un golpe de inspiración y le contesto:
"La pregunta que me hace es tan sencilla que dejaré que mi chofer, que se encuentra al final de la sala, se la responda".

Esta anécdota quizás no sea del todo cierta, sin embargo, no deja de ser cómica.

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