lunes, 24 de enero de 2011

CREE EN DIOS Y...
Multitudes de fieles fueron a escuchar las palabras del profeta Mahoma. Un hombre escuchaba con mucha devoción y oraba con gran fervor. Al llegar el atardecer se despidió.

Apenas estuvo fuera, regresó corriendo y con voz exaltada gritó: ¡Oh, Señor! He cabalgado con mi camello todo el día para venir aquí, para escucharte a ti, el profeta de Dios. Ahora ha desaparecido mi camello. No lo encuentro en ninguna parte. Yo te fui obediente, atendí a cada palabra de tu discurso y confié en la omnipotencia divina. Y he perdido mi camello. ¿Es ésta la justicia divina? ¿Es ésta la recompensa a mi fe? ¿Es éste el agradecimiento a mis oraciones?

Mahoma escuchó las desesperadas palabras del hombre y respondió con una sonrisa bondadosa: Cree en Dios, hijo, pero ata bien tu camello.

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