miércoles, 19 de enero de 2011

LA GUERRERA Y EL NIÑO
Cuenta la leyenda que yendo en dirección a Poitiers con su ejército, Juana de Arco encontró —en el medio del camino— a un niño que jugaba con tierra y ramas secas.
—¿Qué es lo que haces? —preguntó Juana de Arco.
—¿No ves? —respondió el niño. —Esto es una ciudad.
—Muy bien —dijo ella. —Ahora, por favor, sal del medio del camino porque necesito pasar con mis hombres.

El niño se levantó, irritado, y se puso delante de ella.
—Una ciudad no se mueve. Un ejército puede destruirla, pero no se moverá de su lugar.

Sonriendo ante la determinación del muchacho, Juana de Arco le ordenó a su ejército que saliese del camino y que pasase por el costado de la “construcción.”

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