miércoles, 19 de enero de 2011

LA ESENCIA DEL PERDÓN
Uno de los soldados de Napoleón cometió un crimen —la historia no cuenta cuál— y fue condenado a muerte.
En la víspera del fusilamiento, la madre del soldado fue a implorar para que la vida de su hijo fuese preservada.
—Señora mía, lo que su hijo ha hecho no merece clemencia.
—Lo sé —dijo la madre. —Si la mereciera, no sería realmente un perdón. Perdonar es la capacidad de ir más allá de la venganza o de la justicia.

Al escuchar estas palabras, Napoleón conmutó la pena de muerte por el exilio.

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