sábado, 22 de enero de 2011

EL REY Y EL PÁJARO
Cuentan que un rey descubrió que su pájaro preferido había escapado. Inmediatamente ordenó matar al oficial a cargo de los pájaros del palacio. El general del ejército, al enterarse, fue a persuadirlo para que no matara al oficial. Dada la negativa del rey, le pidió permiso para comunicarle al oficial la gravedad de sus errores: “En primer lugar, fuiste descuidado y dejaste escapar al pájaro preferido del rey. En segundo lugar, estás haciendo que nuestro sabio rey tenga que matar a una persona por un insignificante animal. Y tercero, tu muerte hará que otros se enteren de que nuestro rey mató injustamente a un oficial leal solamente por un pájaro”. El rey entendió el mensaje y canceló la ejecución.

Así como este general, muchos subordinados despliegan un enorme esfuerzo y tiempo para comunicarles a sus jefes sus errores. ¿Por qué les cuesta tanto a los líderes aceptar sus errores? Quizá porque, en el fondo, no se sienten competentes y tienen miedo de confirmar que, efectivamente, no lo son.

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