sábado, 22 de enero de 2011

EL HOMBRE QUE QUISO MOSTRARLE A SU HIJO LA POBREZA
Un hombre quería mostrarle a su hijo la pobreza, y lo llevó donde una familia campesina. Al regresar, le preguntó al niño: “¿Qué te pareció la pobreza?. El niño respondió: “¿De qué pobreza hablas? Ellos tienen cuatro perros; yo tengo uno. Nuestra piscina llega sólo hasta la mitad del jardín; en cambio, ellos tienen un riachuelo que nunca termina. Nosotros tenemos lámparas importadas; ellos tienen estrellas. Nuestro patio llega hasta la pared del vecino; el de ellos termina en el horizonte. Ellos tienen tiempo para sentarse a conversar juntos; en cambio, tú y mamá tienen que trabajar todo el tiempo y nunca los veo”. El hijo finalmente añadió: “Gracias papá, por mostrarme tanta riqueza”.

La verdadera riqueza la encontramos sólo cuando somos felices.

Sin embargo, el trabajo, los bienes materiales y logros son un medio para obtener la felicidad, pero no son felicidad en sí misma.

Como dicen Anthony de Mello y varios pensadores orientales vivimos nuestra vida orientada hacia el futuro. Pensamos que en el futuro seremos felices: “cuando compre el carro, o la casa”, “cuando vaya de viaje”. Cuando mis hijos crezcan”, “cuando me asciendan”, “cuando logre mis metas”. Pero la única forma de encontrar la felicidad es viviendo y disfrutando el presente.

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