lunes, 17 de enero de 2011

DEL CONGRESO
Es muy fácil juzgar a los demás cuando no nos ponemos en la misma situación en que ellos están. Un ejemplo de esto ocurrió en el Congreso del Partido Comunista, cuando Nikita Khruschev —para espanto del mundo— denunció los crímenes de Stalin.

Durante el discurso, alguien gritó:
—¿Dónde estabas, camarada Khruschev, mientras se masacraba a los inocentes?
—Póngase de pie el que dijo eso —pidió Khruschev.
Nadie se movió.
—Sea usted quien sea, su pregunta ya quedó respondida —continuó Kruschev. —En ese momento, yo estaba en la misma posición en que usted se encuentra ahora.

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