domingo, 16 de enero de 2011

CREER.-
"Un día un ateo caminaba por un camino, resbalo y cayo por un precipicio. Al caer se aferró a una rama y pensó: solo Dios puede salvarme ahora. Pero yo nunca creí en él ¿Que puedo hacer? y exclamo:
¡Por favor Dios, nunca creí en ti, pero si me salvas, creeré en ti para siempre! No hubo respuesta, por lo que repitió su suplica.

De pronto una gran voz trono desde las nubes: Oh! no tu nunca creerás. Conozco a las personas como tu!¡Por favor, Dios! ¡Estas equivocado! ¡De verdad voy a creer en ti! ¡Oh no, no lo harás! ¡Es lo que todos dicen! Tanto imploro y argumento el hombre, que finalmente Dios dijo:
Esta bien, creeré en lo que dices y te salvare... Suelta la rama
¿Soltar la rama?, exclamo el hombre. ¿Crees que estoy loco?"

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