miércoles, 19 de enero de 2011

LA VIRTUD QUE OFENDE
El abate Pastor paseaba con un monje de Sceta cuando los invitaron a comer. El dueño de casa, honrado por la presencia de los padres, mandó servir lo mejor que tenía.

Sin embargo, el monje estaba en época de ayuno; cuando la comida llegó, tomó un guisante y lo masticó lentamente. Y no comió nada más.

A la salida, el abate Pastor conversó con él:
—Hermano, cuando estés visitando a alguien, no transformes tu santidad en una ofensa. La próxima vez que estés ayunando, no aceptes invitaciones a comer.
El monje entendió lo que el abate Pastor le decía. A partir de ese día, cada vez que estaba con otras personas se comportaba como ellas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario