miércoles, 19 de enero de 2011

LA PUERTA DE LA LEY
Kafka cuenta la historia de un hombre que, buscando justicia, camina hasta el Palacio de Justicia. Frente a la puerta del palacio, un soldado monta guardia.

Como el centinela no le dirige la palabra, el hombre decide esperar. Espera todo un día pero el guardia continúa mudo.
“Si mira para este lado, se dará cuenta de que quiero entrar,” piensa el hombre. Y ahí se queda.

Pasan días, semanas y años enteros. El hombre sigue frente a la puerta y el centinela sigue montando su guardia.
Pasan las décadas, el hombre envejece y ya no consigue moverse. Finalmente, cuando se da cuenta de que la muerte se aproxima, reúne sus últimas fuerzas y le pregunta al guardia:
—He venido hasta aquí en busca de justicia. ¿Por qué no me dejó pasar? —¿Que yo no lo dejé?, respondió sorprendido el centinela. —¡Usted nunca me dijo qué estaba haciendo ahí! La puerta siempre estuvo abierta, no había más que empujarla. ¿Por qué no entró?

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