martes, 18 de enero de 2011



LA FORTALEZA DE JESÚS
Khalil Gibran dice que desde hace diecinueve siglos los hombres veneran la flaqueza en la persona de Jesús, pero que no comprenden Su fuerza. Jesús no vivió como un cobarde y no murió quejándose y sufriendo. Vivió como un revolucionario y fue crucificado como un rebelde.

“No fue un pájaro con las alas rotas, sino una tempestad violenta, que quebró todas las alas defectuosas. No fue una víctima de sus perseguidores y no sufrió en manos de sus verdugos, sino que fue libre frente a todos.

Jesús no bajó al mundo para destruir nuestras casas y, con sus piedras, construir conventos. Él quiso insuflar un alma nueva y fuerte, que hiciera de cada corazón un templo, de cada alma un altar y de cada ser humano un sacerdote.”

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