viernes, 21 de enero de 2011

EL MAESTRO HINDÚ
Cuentan que un maestro hindú dijo a sus discípulos: “Vayan al pueblo y roben fondos para levantar el templo, pero cuiden que nadie los vea”. Los discípulos se quedaron perplejos: robar iba en contra de sus valores, pero si lo decía el maestro debía ser importante. Entonces, todos enrumbaron al pueblo, menos uno. El maestro se acercó a esta persona y le preguntó por qué lo había desobedecido.
Este le respondió: “Maestro, nos has pedido que robemos sin ser vistos, pero donde yo vaya mis ojos me estarán mirando. No puedo cumplir lo que me pides”. El maestro lo miró y le dijo: “Discípulo, quédate, porque tú ya tienes construido el templo en tu corazón”.
Hoy en día se necesita personas que cuestionen, que no acepten las directivas como órdenes, que analicen y tengan la capacidad de discrepar. Que tengan la valentía y la integridad de vivir sobre la base de lo piensan que es correcto.

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