EL VIEJO Y EL ÁRBOL
Había un hombre que tenía noventa años y estaba plantando un árbol. Tres jovencitos pasaron cerca y lo vieron y corrieron alrededor de él y se burlaron. Se dijeron unos a otros: “¡Sería comprensible que hiciera algo con las manos para matar el tiempo, pero, plantar árboles a su edad!”.
El hombre continuó trabajando, como si no los hubiera oído. En silencio cavó un pozo y plantó su árbol. No mucho después, el anciano murió.
Treinta años después, los jovencitos se habían convertido en hombres maduros, y al pasar frente a un árbol contemplaron complacidos sus frutos y los arrancaron y compartieron pero no lo reconocieron.
“EL QUE ANTES DE SU MUERTE HA PLANTADO UN ÁRBOL, NO HA VIVIDO INUTILMENTE”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario